¿Alguna vez estuviste escuchando una conversación a medias y luego te diste cuenta que la persona te estaba hablando a ti? Te perdiste toda la conversación y punto.

Necesitamos estar alerta y que nuestros corazones estén puros para que podamos estar sincronizados con la voz de Dios.

“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” Juan 5:24. (RVR)